domingo, 5 de abril de 2015
VII Cumbre de la Américas en Panamá
Este gobierno se ha esforzado por hacerle creer a los más de diezmil
visitantes que tendrá nuestro país para la VII Cumbre de la Américas,
que aquí no hay problemas y que si los hay, no existe oposición, ni
mucha incomodidad entre sus habitantes. No habrá "tranques", niños ni
jóvenes en centros escolares, no habrá pobreza, no habrá quien
proteste...bueno, todavía no sabemos si la derecha venezolana, que está
viviendo aquí tendrá permiso especial para protestar. Se me antoja que
hasta los pájaros abandonarán la urbe, porque a falta de desperdicios
en la calle, a buscar otro lado para comer. Cuando estudiaba en la
década de los ochenta, en otro país, una chica rica se casó. Por motivos
sentimentales, se casó en una pequeña iglesia, ubicada en el centro de
la ciudad, vieja y ruinosa, pero toda una obra histórica. Reformaron la
iglesia de arriba abajo, sacaron a los cientos de mendigos de los
alrededores, porque el día de la boda no podían dar ese feo expectáculo
de estar pidiendo para comer. La boda costó más de un millón de dólares,
que para la época y en un país tan pobre, era un escándalo...y mostrar
que en Panamá hay pobres, debe ser algo incómodo, sobre todo para
quienes venden el país como una economía pujante. Me siento secuestrada.
Me han secuestrado y ni siquiera tengo plata para decir que álguien
pagará por mi rescate y creo que varios cientos de miles de panameños
también se sienten así. Quienes nos gobiernan todavía tienen que
explicar su participación durante los 26 meses del gobierno anterior,
pero vemos como hacen para que la piedra que oculta esas verdades no sea
removida. Tenemos, por lo menos, el desahogo de la escritura. Ese
derecho no nos los han quitado aún.
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