viernes, 28 de febrero de 2014

La gran farsa.

Buenos días, mis queridos contactos! Comenzó la farsa! Cuál farsa? La de cuántos siglos la de cuántos años, la de cuántos meses, la de cuántas semanas, días, minutos y segundos? Creo que vivimos en una gran farsa desde hace mucho tiempo y no nos hemos percatado. Somos farsantes, cuando no reconocemos nuestros errores. Somos farsantes, cuando pretendemos ser de una forma, cuando en realidad somos de otra. Somos farsantes, cuando nos mentimos a nosotros mismos y somos tan buenos, que hasta nos creemos nuestras propias mentiras. Tal vez sería bueno, aprovechar el asueto para preguntarnos por qué actuamos de la manera en que manejamos nuestra vida, qué nos mueve, qué hace que nos esforcemos o dejemos de hacerlo. Si seguimos la corriente, por qué lo hacemos? Porque es más fácil? Porque es menos complicado? Si nadamos contra la corriente, por qué nos corremos el riesgo? Por la adrenalina? Por la aventura? Por firmes convicciones, aunque nos corramos el riesgo de estar equivocados en el cómo? Una persona es como una semilla, que puede caer en tierra fértil, en el desierto o en tierra pedregosa. Se desarrollará de acuerdo a lo fácil o lo difícil que le haya tocado experimentar para poder crecer. Con todos los traumas o falta de los mismos, intentará salir adelante, de la mejor forma que conoce o que el terreno donde pisa se lo permita. Bueno, malo, mejor, peor? No lo sé...pero lo que sí sé, es que no debemos ser sombra para que los malvados prosperen, para que se instaure la corrupción como forma de vida, para que las mentiras de los demás se queden para siempre y sobre todo para no entregarle el país a quienes nunca se han quitado la máscara. Tened lindo día!

Por Isis de Vaz de Melo