domingo, 8 de febrero de 2015

Del estallido social...



Buenos días mis estimados amigos! El silencio no es lo suficientemente valorizado en estos días. La prudencia huye como el diablo a la cruz y cuando por fin, se decide reaccionar, y antes de un año de gobierno, la coalición oficialista se desgasta rápidamente, como si le hubiera dado leucemia galopante. No actúan, reaccionan, a pesar de que no se han marchitado en los medios, ya que hay que reconocer que los asesores gringos, al percibir el pésimo manejo que tiene el presidente y su esposa en los medios de comunicación, optaron por aconsejarles que bajaran el perfil. Por muy seguros que se muestren sus ministros, el nerviosismo patente en el tono de voz del mandatario, nos reafirma lo que siempre hemos pensado a su respecto: Un hombre sin decisiones firmes, que deja que pasen carretas y carretones sobre el destino de la nación, en cuanto la responsabilidad de gobernar, la toman otros. Es el individuo que permitió que Martinelli hiciera lo que le viniera en gana y que muchos de sus copartidarios participaran del bacanal que se hizo con los fondos del estado, pero decidió mirar para otro lado. Una primera dama, que se vendió como la paladina de los pobres y los necesitados, durante la campaña, pero que lamenta que el pueblo entero no quepa en el Figali Center y que se descontrola ante la menor crítica, aunque da pocas entrevistas. Ministros clasistas, que nunca han sufrido lo es la falta de tener el pasaje del bus y no pueden entender por qué el mínimo impuesto afecta, no sólo a la clase media, sino a la masa más indefensa de la población, que son la mayoría, aquella que cuenta los centavos. No quiero redundar tanto en este punto, porque la necesidad existe, es justo que se les dé el aumento a los jubilados y yo no sé nada de economía para poder estar proponiendo tonterías. Sin embargo, el sentido común me dice que se puede gravar, fuertemente, los artículos suntuarios y eso no debe perjudicar a nadie, desde el punto de vista de que tener un lujo es una opción y no una necesidad. El gravamen debe ser alto lo suficiente para obtener el dinero para hacer el aumento. Traerá consecuencias en el turismo de compras? Sí. Se verá afectada la mano de obra de hoteles, restaurantes y centros de diversión? Sí. Lo que hay que poner en la balanza es el alcance del perjuicio económico, manejado con cifras reales y no estar haciendo predicciones brujas, como tienen por costumbre los que ahora nos gobiernan, porque si de hacer predicciones se trata, me meto ahora mismo a pitonisa y no quedan bien parados y si es que alguno queda en pié. La economía es activa, subes en un lado y bajas en otro, pero no pueden en primera opción, sacrificar a todos, para que puedan seguir vistiéndose de “Versace”. Si lo que quieren es estropear la bendita Cumbre de las Américas, los felicito, van por buen camino. Los defensores de los derechos ambientales, los que no están emplanillados en el gobierno, por supuesto, los indígenas y las masas pensantes de este país, ya están alertas. La entrega de parte del presupuesto de las escuelas a los municipios (No se sabían esa, verdad?) no traerá sosiego a la comunidad educativa del país. El aumento del costo de la vida y el profundo desprecio que este gobierno manifiesta a las necesidades de las mayorías, serán el caldo explosivo abundante, de las que nutrirán las multitudinarias protestas, donde no verán a MOVIN, ni a los muy publicitados miembros de la maléfica Sociedad Civil Organizada. Desde mi muy pequeña tribuna, intento orientar, pero al final del día, el cómo y el cuándo será responsabilidad de todos. Tened lindo día!