lunes, 30 de marzo de 2015

Estadísticas, percepción y seguridad

Hoy en día se trae a debate un tema que en las últimas encuestas realizadas se fija como una de las mayores preocupaciones de los panameños: la
Hoy en día se trae a debate un tema que en las últimas encuestas realizadas se fija como una de las mayores preocupaciones de los panameños: la inseguridad. Ante tal hecho, las actuales autoridades han presentado su resumen estadístico en el cual reflejan una disminución en delitos de alto impacto como los homicidios; un aumento sustancial en la captura de droga y hasta estiman qué cantidad se podrá capturar al final del año. Al preguntarles a los panameños de a pie -como dicen por ahí- estos manifiestan su descontento con los resultados y hasta contradicen a las autoridades con opiniones de manipulación de las estadísticas y que esa no es la realidad que se vive en los barrios, en las vecindades, en las calles.
A mi entender, los diferentes estamentos de seguridad están tratando de hacer su trabajo y no dudo de que sus cifras estadísticas sean ciertas, pero no se puede dejar de lado el sentir ciudadano, y es ese sentir el que hay que mejorar, esa sensación de seguridad que es la que debe llegar a cada uno que habita en nuestro territorio para que se cierre este círculo de la seguridad.
En la década del 2000, mejor dicho del 2001 al 2004, entendiendo este problema, dentro de la Policía Nacional, accionamos un plan que fue encaminado a fortalecer la institución policial, responsable en primera instancia de la parte preventiva. En este plan se logró articular diferentes aspectos: educación, doctrina, mística, situación de la frontera colombo panameña y un fortalecimiento de las relaciones con la comunidad. Tomados estos aspectos como la base institucional se estableció una filosofía institucional, que debió llegar a ser entendida e internalizada por todos y cada uno de los integrantes de esta organización policial. Se establece un solo norte y se desprende un plan de trabajo que se denominaría Plan Centenario. Este plan tendría como norte el fortalecimiento de la policía comunitaria y se fundamentaría en tres conceptos fundamentales: relaciones humanas, relaciones públicas y las relaciones con la comunidad.
En términos generales se buscaban varios objetivos, pero dentro de estos puedo mencionar dos muy importantes: 1. mayor seguridad para los policías, y 2. y para los ciudadanos, un ambiente de mayor seguridad en los lugares donde viven, donde forman familias y donde se ganan la vida.
El resultado de la puesta en marcha de esta iniciativa fue que los índices delictivos de alto impacto se redujeron en un 20 % en el 2004, la población se sentía más segura, la percepción de inseguridad se disminuyó y los niveles de aceptación de la institución policial mejoraron.
Encaminamos nuestro esfuerzo casi en un 90% al mantenernos en las comunidades. Esta iniciativa fue una acción casi experimental, que con los cambios de administración se vio afectada y que solo ha traído consigo el incremento de las estadísticas delictivas y el incremento de la sensación de inseguridad (percepción). Para tal efecto, nos podemos remitir a las estadísticas del Sistema de Estadísticas Criminales.
Repito, no creo que hay que rebuscar planes ni iniciativas traídas de otras latitudes, cuando en Panamá, con iniciativas propias, con miembros de la policía nacional panameña, con nuestra experiencia, voluntad y conocimientos, se lograron metas tangibles, medibles y se brindó un servicio de calidad.
 http://www.panamaamerica.com.pa/opinion/estadisticas-percepcion-y-seguridad-970047

sábado, 14 de marzo de 2015

De las leyes y la justicia...

Qué es una ley? Me olvidaré del diccionario y haré mi propia definición criolla. Una ley es una regla. Con qué propósito se hace una ley? La parte linda del asunto es que se supone que las leyes son para regular la convivencia civilizada entre los ciudadanos de un país donde se practica la equidad y la justicia. A quién se le aplica la ley? A todos. Esa debería ser la respuesta, cierto? Qué ocurre en realidad? Escogemos gobernantes, que a su vez crean decretos, modifican leyes ya existentes con el objetivo de optimizar el bien común, cierto? Falso. Los poderes económicos entran en las campañas políticas, salpicando dinero a quienes tienen mejor posibilidad de ser electos, para poder controlar el poder político y económico del país y que las leyes no los alcancen, que se modifiquen a favor de las mayorías, en perjuicio de las minorías, que no perciben del todo claro lo que está sucediendo, porque se entretienen con las banderitas, el jamón y la latita de tuna. Vivimos en un estado de hecho, donde se ha conseguido dopar la conciencia crítica del individuo, para que piense que estamos en un estado de derecho. Eso es democracia? Sí y no. Sí, porque nadie te obliga a votar por x o y candidato. Te inducen a votar y ante la poca generación de una conciencia crítica que debe comenzar en el hogar, se vuelven a elegir los mismos protagonistas, o por lo menos las mismas representaciones económicas, con cuerpos diferentes. Les llamo cuerpos y no personas, porque son seres vivos que se dejan utilizar, de manera delincuencial, por el interés de unos cuantos. Sólo unos cuantos parecemos darnos cuenta de lo que en realidad ocurre. Cabe destacar que aquellos que decidieron orientar la conciencia ciudadana por medios diferentes, utilizan, financian y capacitan a más inconcientes, para lograr los mismos objetivos, pero con un ropaje más creíble. De allí salen los grupos organizados de una sociedad civil, pagada y subvencionada por los mismos poderes. Otro tipo de lobos con piel de ovejas. La finalidad es la misma y son muchos menos los que no damos cuenta de esta jugada. No me llamen para grupos, una persona que piensa como yo, no está para dejarse utilizar así. Sigan con su jueguito, pero no me metan en sus delitos, disfrazados de legalidad.

LA BULLY EN EL SALON DE DOMINIQUE

domingo, 8 de marzo de 2015

Pasaporte extraviado. Carlos Alberto Brandariz.



Hoy confirmo que nuestro país ha sido invadido. Me regalaron una oferta simple para lavar mi auto. Hice la cita y llevé mi auto a la hora indicada. Me recibió un joven con fuerte acento Colombiano. Desde que llegué, trató de no dar el servicio pero cuando me molesto mi expresión facial tiene algo intimidante, me han dicho. Mientras negociaba mi derecho llegó una venezolana y me dejaron con la palabra en la boca. Al rato, todos los que trabajaban en el lugar conjugaban los mas diversos acentos que hemos escuchado en la TV. Finalmente cuando fui a buscar mi auto no estaba listo, apenas lo comenzaban a limpiar, el Colombiano estaba agresivo, así que decidimos esperar. Creo que fui a un lavautos exclusivo para extranjeros.
Pocas horas despues un familiar tenía una cita en el Seguro y había que acompañarlo, la doctora llegó tarde y luego se fue por una hora a marcar su tarjeta, cuando regresó tenía un fuerte acento colombiano. Al regresar a casa un camión quería entrar en mi vía, me era difícil dejarlo entrar, me cerró y casi me mata, el chofer me espetó una palabra obscena diferente a como he aprendido a decirlas, al tratar de buscar un teléfono en el vagón del Camión solo pude leer "delicias colombianas". Paré en el supermercado y cuando iba entrando se me adelantaron tres jovenes, un varón y dos hermosas mujeres. Una le decía a la otra, tu sabes vale, como manejan estos panameños, son como estúpidos. Traté de intervenir en la conversación, recordando al chofer del Camión, pero la velocidad con que caminaban no me permitió hacerlo. Al buscar afanosamente un refresco, una demostradora de telefonía se me acercó y me preguntó, vos sos de Panamá ? Al fruncir mi seño me dijo que me lo preguntaba porque no parecía panameño, quizás por una gorra de gallego que tenía puesta. Le contesté: no señorita, la verdad añoro mi País. Tome mi auto siendo escoltado durante un buen rato por una niña con cola de cabello muy oscuro, con un topcito y ajustada licra, sobre una pequeña motoneta.
Pensé decirle un piropo pero recordé a Ana Matilde. Decidí encerrarme en mi casa y no salir hasta encontrar mi pasaporte extraviado.