sábado, 14 de marzo de 2015

De las leyes y la justicia...

Qué es una ley? Me olvidaré del diccionario y haré mi propia definición criolla. Una ley es una regla. Con qué propósito se hace una ley? La parte linda del asunto es que se supone que las leyes son para regular la convivencia civilizada entre los ciudadanos de un país donde se practica la equidad y la justicia. A quién se le aplica la ley? A todos. Esa debería ser la respuesta, cierto? Qué ocurre en realidad? Escogemos gobernantes, que a su vez crean decretos, modifican leyes ya existentes con el objetivo de optimizar el bien común, cierto? Falso. Los poderes económicos entran en las campañas políticas, salpicando dinero a quienes tienen mejor posibilidad de ser electos, para poder controlar el poder político y económico del país y que las leyes no los alcancen, que se modifiquen a favor de las mayorías, en perjuicio de las minorías, que no perciben del todo claro lo que está sucediendo, porque se entretienen con las banderitas, el jamón y la latita de tuna. Vivimos en un estado de hecho, donde se ha conseguido dopar la conciencia crítica del individuo, para que piense que estamos en un estado de derecho. Eso es democracia? Sí y no. Sí, porque nadie te obliga a votar por x o y candidato. Te inducen a votar y ante la poca generación de una conciencia crítica que debe comenzar en el hogar, se vuelven a elegir los mismos protagonistas, o por lo menos las mismas representaciones económicas, con cuerpos diferentes. Les llamo cuerpos y no personas, porque son seres vivos que se dejan utilizar, de manera delincuencial, por el interés de unos cuantos. Sólo unos cuantos parecemos darnos cuenta de lo que en realidad ocurre. Cabe destacar que aquellos que decidieron orientar la conciencia ciudadana por medios diferentes, utilizan, financian y capacitan a más inconcientes, para lograr los mismos objetivos, pero con un ropaje más creíble. De allí salen los grupos organizados de una sociedad civil, pagada y subvencionada por los mismos poderes. Otro tipo de lobos con piel de ovejas. La finalidad es la misma y son muchos menos los que no damos cuenta de esta jugada. No me llamen para grupos, una persona que piensa como yo, no está para dejarse utilizar así. Sigan con su jueguito, pero no me metan en sus delitos, disfrazados de legalidad.

LA BULLY EN EL SALON DE DOMINIQUE