domingo, 16 de mayo de 2010

Afrodescendientes

Afrodescendientes


Ante la pregunta que se hará durante el censo, me reía, secretamente, sobre las más variopintas opiniones sobre el concepto que cada uno de mis parientes, amigos y hasta conocidos tenían al respecto.

Asombrosamente descubrí un número plural de afrodescendientes que se negaban a aceptar que lo eran. Me sorprendieron con las historias más fantásticas: Mis antepasados, decía uno, son ingleses, franceses, alemanes, españoles…mi piel es oscura porque tengo parientes provenientes de la India. Lo miré con espanto al resaltarle sus facciones y al hecho de que no tenía el cabello lacio y entonces se quedó callado. Yo no soy negro, decía otro del color de nuestro gran orgullo nacional Irving Saladino. Mi madre es blanca y mi apellido es español. La agresividad con que defendía su punto, me hizo quedarme callada por prudencia. Otra conocida decía que ella no era negra porque a pesar de que su piel era negra y se hacía tratamientos para alaciar el cabello, sus facciones eran “finas”.

Descubrí que entre los panameños se encuentran científicos empíricamente formados en genética negroide y escuché barbaridades como estas: Para que una persona sea negra, debe tener las encías negras y las palmas de pies y manos negras, caso contrario, es blanca. Todos los que escuchamos esto comenzamos a mirarnos las palmas de las manos por inercia y los más osados hasta sacaron un espejo para mirarse el color de las encías.

Dentro del círculo de mis parientes encontré la otra cara de la moneda. Mis dos cuñadas son unas muy lindas representantes de la etnia negra y tengo las dos sobrinas más encantadoras del mundo. Mi madre, mujer de piel muy blanca, insistía en que ella era afrodescendiente y en realidad lo es. No se si nuestros antepasados vinieron de las Antillas o directamente de África, sólo se que mis bisabuelos materno y paterno eran negros que se mezclaron con indígenas y españoles, como la gran mayoría de los panameños.

Difícil tarea tendrán los empadronadores hoy cuando vean a negros decir que son blancos y a blancos decir que son negros. No se qué técnicas de autocontrol les habrán dado en su entrenamiento para no reírse o llorar ante esta realidad, pero será todo un hercúleo esfuerzo que, por lo menos, su lenguaje gestual no los traicione.

Escribí este artículo pensando que cuando se den los resultados finales del censo y pese a la realidad que vemos en la calle, en Panamá descubramos que nos auto consideramos pertenecientes a la raza aria.


Profesora Isis de Vaz de Melo

1 comentario:

  1. Anónimo14:26:00

    Leì tu artículo y está buenísimo, es una realidad que mucha gente está acomplejada y se siente mal si le llaman negros. Los dos sustratos raciales de nuestro país en el cual se han mezclado todos los demás grupos son: el indígena y el negroide.
    César Tuñón

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